La creatividad y la innovación: el camino de los Gobiernos Municipales para responder a las presiones del cambio

02.05.2022

Los Gobiernos locales se componen de individuos con valores, principios, comportamientos y conocimientos, mismos que al manifestarse en una colectividad reflejan un comportamiento organizacional. 

La creatividad como un elemento fundamental de la innovación, es el camino para que los gobiernos locales puedan responder a las presiones del cambio. Las problemáticas se presentan cuando no se cuenta con un servicio profesional de carrera y cuando la ciudadanía no es atendida de manera profesional, a través de la capacidad de los empleados públicos.  

El desafío del cambio 

Hoy por hoy, el desafío es el cambio. Los fenómenos de cambio presentan circunstancias que obligan a plantear las cosas de otra forma, a fin de resolver los problemas y buscar alternativas u oportunidades para mejorar; esto implica crear o generar nuevas propuestas para atender las demandas de la sociedad.  

En la actualidad, la capacidad de cambio es un factor clave para las organizaciones de nivel mundial. Los expertos en la administración del cambio plantean que las organizaciones exitosas serán aquellas que tengan la capacidad para adaptarse rápidamente al contexto, comprendiendo eficazmente las circunstancias y condiciones que conllevan a tomar decisiones, en muchas ocasiones distintas a lo que originalmente se tenía previsto.  Por ello, es importante comprender que los cambios deben ser fundamentales y con un enfoque integral. 

Presiones del cambio 

Cuando se habla de la necesidad de cambio, es porque existen factores o presiones que originan que las dependencias públicas, a nivel local, inicien la búsqueda de soluciones innovadoras o creativas. Algunas de esas presiones  de cambio, a las que se enfrentan las organizaciones públicas en su localidad, son: el crecimiento de la población, la forma de interactuar de los ciudadanos, el intercambio comercial, la tecnología de la información y las comunicaciones, la conciencia de la sociedad en los asuntos públicos y la participación ciudadana, entre otros. Actualmente, a los ciudadanos ya no se les convence fácilmente con promesas de un camino correcto, pues exigen que las acciones estén sustentadas y tengan resultados tangibles. 

Las recomendaciones de algunos organismos no gubernamentales nacionales e internacionales que se exponen en foros, como los organizados por la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM) y las aportaciones de grupos de expertos conformados por investigadores, académicos, servidores públicos, entre otros, son herramientas útiles para fortalecer a las instituciones públicas mediante procesos continuos de cambio; de ahí la importancia del intercambio de conocimientos y experiencias, así como del estudio de las mejores prácticas. 

La situación política y económica que prevalece en una nación, indudablemente tiene repercusiones significativas en el ámbito local. Parece incidir de forma indirecta, pero en la mayoría de los casos es de forma directa. Estos factores se pueden ver reflejados en restricciones presupuestarias, así como en limitaciones en la capacidad para gestionar los recursos que sustenten los diferentes programas y proyectos institucionales. Este tipo de presiones de cambio, obligan a las instituciones públicas de nivel local a buscar soluciones, a pesar de las limitaciones financieras y algunas adversidades a las que se enfrentan. 

En este orden de ideas, la globalización es otro de los factores que conlleva al cambio, pues al tratarse de un fenómeno que no distingue fronteras entre distintos países, se manifiesta a través de nuevas tendencias que rompen con los paradigmas de los gobiernos locales. En un mundo cada vez más competitivo, en el que la comunicación juega un papel importante, la información fluye rápidamente y posibilita la adopción de prácticas que demuestran dar resultados en el corto plazo, para satisfacer las necesidades de los ciudadanos de forma ágil. Los cambios son inevitables, irreversibles y constantes. 

A lo largo de los últimos 10 años, los desastres naturales han influido en las naciones, sin importar su nivel de desarrollo económico, político, social o cultural. Este tipo de eventos originan fuertes cambios en cada región, tanto en su forma de comprender la realidad como en la de gobernar, sea a nivel municipal, estatal o nacional. Una posición previsora o reactiva ante fenómenos de este tipo hace la diferencia, pero no son garantía de éxito. 

Crear implica generar algo nuevo; innovar es aplicar algo nuevo. En este sentido, cuando algo existe y se le adapta o modifica algo nuevo o distinto, se habla de innovación. Pero ¿Qué es cambiar? Cambiar es pasar de un estado a otro. El Diccionario de la Real Academia dice que cambiar es modificar apariencia, condición o comportamiento y, precisamente, la innovación y la creatividad apuntan a lograr que se adapten o creen nuevas soluciones.

La resistencia al cambio 

Al enfrentar el cambio se dan en el individuo una serie de factores que se presentan como resistencias, es decir, la oposición natural del ser humano para cambiar o ser cambiado, tanto en sus hábitos como en sus conductas y comportamientos. En esta lógica, se puede decir que el cambio genera resistencia en las personas, lo cual es natural y comprensible.  El ser humano no se resiste solamente a los cambios que cree no le convienen, sino a los que pudiesen ser favorables, y todo por temor a ellos. 

La resistencia al cambio, según Michael Hammer, uno de los expertos más reconocidos en la materia, es la parte más compleja del cambio mismo; es lo más molesto, lo más penoso y lo más desconcertante. Sin lugar a dudas, hay que entender que esa resistencia existe, no se puede evadir y debe ser abordada como se presenta. Será de ayuda emplear algunas técnicas e ideas clave para hacerle frente y contrarrestarla. 

Los cambios generan la percepción de consecuencias negativas en la mente de la gente. Usualmente se piensa que el cambio resultará poco favorable: "me van hacer trabajar más", "me forzarán a que cambie mis hábitos", "me van a prohibir comer en mi escritorio, como lo hago siempre", "si antes me tomaba una hora para el café, ahora no me lo van a permitir". Al respecto, el encuadre de la profesionalización y de aquello que tiene que ver con la responsabilidad de un servidor público profesional, tiene que ir rompiendo ese tipo de hábitos o conductas que impiden avanzar. 

Si el cambio es natural ¿por qué se resisten a él?, ¿por qué los proyectos no se consolidan?, ¿por qué no se tiene continuidad?, ¿por qué los esfuerzos no se concretan? Algunas de las posibles respuestas a estos cuestionamientos están en los factores de resistencia del mismo cambio, que son: 

• Percepción de consecuencias negativas. 

• Falta de comunicación. 

• No considerar que los esfuerzos deben ser globales. 

• Sublevación de los empleados. 

• Necesidad de romper hábitos. 

• Miedo a tener que trabajar más. 

Para comprender las causas de la resistencia al cambio en el ámbito del gobierno local, se debe reconocer que las autoridades o servidores públicos no tienen una comunicación eficiente y suficiente con la ciudadanía. Por esta razón, cuando se emprenden algunos cambios se generan problemas de percepción, paradójicamente en quienes debiesen ser los promotores de dichos cambios. Los rumores o el 'radio pasillo', como coloquialmente se le denomina a la comunicación informal, distorsionan, lamentablemente, el sentido y la intención de un proyecto creativo e innovador. 

Los esfuerzos en materia de profesionalización del servicio público, deben ser integrales y graduales. Desde luego, los servidores públicos corren el riesgo de la resistencia al cambio: yo ¿por qué voy a cambiar?; ¿quieren cambiar? pues que cambien los otros; que profesionalicen a los demás, ¿yo por qué? si yo así estoy bien, yo ya tengo un título profesional. Por ello, en la búsqueda de la profesionalización se deben identificar promotores del cambio. 

Recomendaciones para el cambio 

Para romper con las resistencias se recomienda identificar la necesidad de cambio y las problemáticas que se manifiestan como presiones de cambio, lo que indudablemente debe llevar a clarificar por qué y para qué se quiere cambiar. Después se debe plantear hacia donde hay que dirigirse. En la película del Mago de Oz , por ejemplo, cuando Dorothy, la niña que aparece en la historia, llega a un camino que se divide, le pregunta a un hombre de paja respecto al camino que debía seguir. El espantapájaros, a su vez, le pregunta a Dorothy ¿a dónde te quieres dirigir? Ella responde: "no sé"; el hombre de paja le dice: "entonces cualquier camino es bueno". 

En esta lógica, si no se sabe a dónde se quiere ir, en los temas de profesionalización del servicio público, hay que elegir el camino que permita ser congruente y convincente. Una vez elegida la ruta, es necesario establecer hitos o momentos que den cuenta de los resultados o avances obtenidos. Es evidente que dentro del ámbito público se hacen tantas cosas y se busca resolver tantos problemas de distintos grados de complejidad, que los servidores públicos dejan a un lado la rendición de cuentas respecto a los logros intermedios, esperando a la consolidación de los 'grandes resultados', los que en muchas ocasiones no se concretan por la falta de un control y seguimiento periódico de los 'pequeños' pero sustanciales resultados. 

Los éxitos tempranos de todo proceso de cambio deben ser comunicados oportunamente, ya que esto es necesario para generar credibilidad. La falta de credibilidad contribuye a que muchos proyectos o programas de los gobiernos Municipales no se concreten o sean cuestionados, severa e injustamente. Por esta razón, hay que ser suficientemente claros para comunicar, es decir, determinar la frecuencia, la cantidad y la calidad de información como parte fundamental del proceso de cambio, una vez que se inicia. 

La posibilidad de éxito de los cambios se ve favorecida con una coalición guía, la cual debe normar y generar una idea clara de los avances, así como la existencia de un verdadero compromiso de las autoridades. De aquí viene algo importante y tal vez controversial: un proceso de cambio debe enfrentar retos completos y no parciales. De igual forma, es muy útil tener en cuenta que la gente no se resiste a sus propias ideas, por lo que hay que promover la participación social para que la misma gente sea promotora del cambio. 

Componentes de la cultura organizacional a considerar en el proceso de cambio 

De acuerdo con los expertos en administración del cambio, al realizarlo se deben considerar 10 componentes culturales: 

1. Normas, políticas y procedimientos. 

2. Objetivos, metas e indicadores. 

3. Estructura organizacional. 

4. Formación: capacitación y desarrollo. 

5. Recompensas, reconocimientos, medidas disciplinarias y sanciones. 

6. Comportamiento de los directivos. 

7. Usos y costumbres. 

8. Reuniones, eventos, ceremonias. 

9. Comunicaciones. 

10. Entorno laboral y condiciones físicas de la organización. 

Conclusiones 

• La necesidad del cambio está latente debido a la existencia de presiones internas o externas. • Las organizaciones públicas locales deben responder a las presiones de cambio con creatividad e innovación. 

• El cambio lleva por caminos nuevos, diferentes o desconocidos, que generan temores en los individuos y en los grupos. 

• La gestión del cambio implica conocer todos los factores que conforman a la organización. 

• No estar preparados para el cambio puede conducir a la falta de continuidad de los proyectos y programas institucionales, dando paso a la frustración y a la falta de credibilidad.  


Por Gerardo Barrera